Borrascas, tormentas, cirros e incluso ciclogénesis explosiva son términos que seguramente hayas comenzado a comprender. Y es que, casi sin avisar, de un día para otro, has visto cómo la temperatura ha bajado varios grados ¡y tú todavía con la ropa de verano!
Pero este es solo el inicio de tus problemas porque, ahora que ya estás segura de que la temporada ha cambiado, ¡tienes que guardar toda la ropa de la temporada anterior! Una realidad que hay que afrontar de un modo adecuado si no queremos llevarnos una desagradable sorpresa cuando vuelva el buen tiempo.
5 consejos prácticos para guardar toda tu ropa y no morir en el intento
Sabemos que todo esto puede ser una tarea complicada. Sin embargo, siguiendo estas sencillas pautas no solo no perderás la paciencia sino que, además, el resultado será extraordinario.
¿Realmente quieres esa prenda?
La que más y la que menos, a lo largo del año, ha hecho alguna purga dentro de tu armario. El problema es que no siempre ha terminado con éxito. Pues bien, ahora es el momento de llevar a cabo una limpieza en profundidad.
Para realizarla de manera efectiva, lo mejor es utilizar la regla de los 365 días. Si durante ese tiempo no has utilizado esa prenda, evidentemente, será porque no es de tu interés, no combina bien con el resto de tu armario o, sencillamente no te gusta.
Si es así, debes eliminarla y dejarla bien lejos. A día de hoy son muchas las instituciones a las que les puedes hacer llegar tu ropa usada. O si no, siempre habrá alguna amiga que la acepte con gusto.
La limpieza como base de todo
Cuando vamos a guardar la ropa de la temporada actual no solo hay que introducirla en otro armario, en bolsas o en una caja. En absoluto. De ser así, cuando vuelva la temporada nos llevaremos una desagradable sorpresa en forma de olores y de posibles manchas que antes no estaban ahí.
Por ello lo mejor que se puede hacer es lavar y planchar toda la ropa que vas a guardar. De ese modo no solo la estarás protegiendo de posibles olores sino también de manchas que, aunque en ese momento eran minúsculas, la falta de luz y, en ocasiones la humedad, han hecho que se expandan de manera increíble.
El espacio siempre es importante
Cuando se procede a guardar la ropa de una temporada, no se trata solamente de acumularla en algún lugar. De lo que se trata es que esa ropa repose de la manera más ajustada posible.
Para lograr esto te recomendamos que siempre midas, de manera aproximada, el espacio que va a ocupar la ropa a guardar. De ese modo podrás encontrar cajas o cajones en los que no sobre nada de espacio. Aunque pueda parecer lo contrario, los huecos entre las prendas pueden dar lugar a humedades o a la presencia de polillas.
¡Fuera polillas de mi vista!
Sin lugar a dudas las polillas son unas de las principales enemigas de la ropa. Así las cosas, no hay nada como acudir a una gran superficie y adquirir alguno de los múltiples productos que hay para combatirlas.
La principal ventaja de estos productos es que no dañan la ropa en ningún momento y duran una gran cantidad de tiempo. Gracias a ellos, la temporada que viene podrás tener toda tu ropa en perfectas condiciones.
Sigue un orden y utiliza la lógica
Ya hemos dicho que el objetivo no es almacenar ropa sin ningún sentido. El objetivo es guardarla para protegerla y volverla a utilizar. De ahí que sea muy importante que guardes la ropa de manera sistemática.
Los pijamas deberán ir con los pijamas. La ropa interior con la ropa interior. Y las camisas con las camisas. ¿Te imaginas qué puede suceder si guardas tus medias preferidas con un cinturón? Un desastre total.
Ahora que ya conoces todos estos consejos, te vamos a dar uno adicional que no es otro que la paciencia. Aunque conozcas cómo llevar a cabo este proceso, tenemos que decir que no es algo que se haga en pocos minutos, por lo que lo mejor que puedes hacer es hacerlo en fin de semana y cuando estés totalmente relajado.